17 de marzo de 2012

IV Domingo de Cuaresma

La luz que ilumina nuestras vidas, luz necesaria para alumbrar nuestro sendero.

Jesucristo es la LUZ, y justo en este tiempo de Cuaresma se nos invita a no caminar por la oscuridad sino por la luz, para una vez llegada la Pascua encender en nuestros corazones la LUZ que nunca se apaga, renovar por tanto, nuestra fe.

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